El funeral del burgomaestre

El funeral del masón fue ejecutado con la gravedad de la situación. Aunque muerto continuaba siendo una persona vigente. Su presencia irascible, impredecible, compleja y soñadora sólo podía dejar de requerir a su entorno con la muerte. Con ello, todos se preguntaban, yo incluido, si también se extinguiría su legado. Estábamos equivocados. No sabremos aclarar sobre las generalidades, pero hay personas que siendo vigente en vida. Luego pueden perdurar siéndolo.

Su recuerdo, ya quedaba grabado para cada una de las personas que circundaban el hueco de su morada eterna. Algunos incluso aportaron lágrimas. Lloraban a llanto vivo otros. Lo que era una profunda exageración. Su explicación: aún estaba vivo.  Pero muriendo en el recuerdo inmediato de la memoria, por eso lloraban. Porque se les estaba extinguiendo la felicidad de su presencia. 

Nosotros que no nos hacía tan joviales su presencia, pero sí sus ideas podíamos disfrutar de ambos eventos. En cuanto al entendimiento popular, el vulgo, como lo sostendría algún que otro filólogo de hoy, no sabrá jamás la existencia de esta persona.

“La juventud no debe dejar capitular los ensueños y las utopías por futuras realidades mortuorias. Si cada hombre de la historia hubiera correspondido totalmente a su época, hoy no existirían en la memoria como muestra viva los Pericles, Alejandros, Napoleones, y otros. Es verdad, el error de muchos, de tantos es pagado con la muerte. Pero si claudicamos en nuestros anhelos claudicaremos en nosotros mismos.”

Honremos al difunto siguiendo su actitud. Y los que pensamos como él: sus ideas.

Eso podemos ver en el cementerio donde se alberga su tumba, también encontramos muchas crónicas respecto a su persona. Pero más allá de que en Florencia su historia es conocida por cada persona que camina sus calles. Ante cada nueva pregunta tanto sea de la jubilada de turno, o el curioso embaucador de la vereda. 

Todos me contestaban. “No podemos hablar de él. Su presencia aún está entre nosotros, en el espíritu de sus ideas.” Buscando cada una de sus pistas, llegaba ante la misma situación. 

¿Quién era aquel burgomaestre conocido por la mayoría de las personas del norte de Italia y que infundía pánico en las clases adineradas?

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