El Estado Militar en América Latina – Alain Rouquié

Capítulo 8 – De los militares legalistas al Estado Terrorista.

En Chile la subordinación militar, impuesta en 1932 por un gobierno conservador, jamás había sido cuestionada seriamente. Con todo, los militares chilenos pretenden ejercer el poder directamente hasta las últimas décadas del presente siglo. Esta dominación prolongada ha dejado su huella en las sociedades ya que desde 1973 han sufrido simultáneas mutaciones y reestructuraciones profundas e irreversibles.

Estados, clases sociales y estabilidad política en Chile antes de 1970.

El Chile posterior a 1930 es un caso aparte en el contexto político del continente. Su estabilidad democrática se basa en un sistema moderno y complejo de partidos políticos, y, para colmo, con una fuerte representatividad de fuerzas revolucionarias y anticapitalistas.

La Guerra del pacífico y la victoria sobre Perú y Bolivia (1879-1883) trajeron la anexión de las provincias norteñas, ricas en material mineral. Lo cual consolidó la unidad del país y lo condicionó en su inserción en el mercado mundial. El triunfo legitimó el poder de la clase dirigente, unificada en torno al Estado gracias a los nuevos recursos de exportación. El nitrato de los desiertos del norte. Explotado por empresas británicas se convierte en fuente esencial de prosperidad nacional. Pero con ello el principal resorte de poder económico quedó fuera de las manos de la clase dominante- Fue esto lo que posibilitó la disociación de los poderes políticos y económicos y permitió la autonomía del sistema de representación, base de su estabilidad. A esta forma particular de dependencia corresponde un tipo particular de Estado. El majestuoso “Estado Portaliano” se transforma en “Estado de Énclave”, enriquecido por los derechos e impuestos que pagan las empresas extranjeras”.

La falta de poder acumulativo facilitó las negociaciones entre sectores burgueses y aparta las tentaciones exclusivistas, sustentando así el funcionamiento de una democracia aristocrática basada en el voto restringido. Las riquezas del Estado que aumentan permiten mantener una nutrida burocracia, lo cual es otro rasgo característico del sistema.

En efecto, es a través del Estado que un sector de la clase media se integra a la estructura de poder. Como tal, comparte la ideología jurídica dominante.

Si bien a partir de 1919 se incorporaron electoral y socialmente está no sustituyen a la hegemonía oligárquica sino que ocupan un puesto subordinado en el marco de la dominación tradicional. Esta incorporación se acompaña de la relativa lentitud de la movilización política. La extensión gradual del derecho a voto no provoca un alto grado de movilización política, capaz de asustar a las clases poseedoras. El aislamiento de los campesinos y la inexistencia de partido agrario hasta 1965 la facilitaban esta exclusión.

Con todo, la hostilidad social se ve atemperada por el carácter indirecto o mediatizado de la lucha de clases: el odio social se transmuta en negociación política. Además el enfrentamiento de los mineros del nitrato o del cobre con los representantes de las empresas extranjeras y no con la burguesía chilena acentúo el carácter indirecto y fragmentario de las relaciones de clase y facilitó su encuadramiento en el terreno estrictamente político.

El ejército chileno es el ejército de ese estado. Marginado de la política después de su intervención progresista en los años 1925-1932, aparece como una institución perteneciente a todas las clases sociales, a la medida de un estado perteneciente al pueblo. La juridicidad afecta al aparato de defensa.

“Cualquiera que fuesen los sentimientos y convicciones de los oficiales existía el consenso mayoritario de apoyar a los detentadores del poder legal. Lo cual También significaba que, para que el ejército abandone su actitud de subordinación es necesario (y suficiente) que el ejecutivo de prueba de haber salido de la legalidad (Rouquié; 1984; 258)

-Las mutaciones del sistema político.

Estas hipótesis, de resultar justas, muestran a las claras la vulnerabilidad del sistema del orden político constitucional. Este resultó incapaz de resistir por mucho tiempo (1) la polarización de los extremos, (2) el desbordamiento del marco parlamentario y el (3) ascenso y multiplicación de los enfrentamientos. Pero cuando Salvador Allende y la Unidad Popular ascienden al poder en 1970, el sistema político ya estaba quebrantado. La crisis es anterior al ingreso de la izquierda a la moneda. En 1970 la Unidad Popular se beneficia con la ruptura entre la gran burguesía y las clases medias, entre las clases dominantes tradicionales y la burguesía moderna. Provocada por la política reformista de Frei.

Frei abre la caja de pandora, viola el “pacto social explícito” que servía de base de sustentación del modelo político chileno. La aparición de nuevos acores la puesta en marcha de sectores hasta entonces marginados y la irrupción en la escena política de confrontaciones sociales imposibles de resolver mediante el compromiso quebrante el frágil equilibrio basado en la disyunción entre el sistema político y el sistema de desigualdad social”.

Es entonces que en el seno de la derecha se desarrolla y extiende una “nueva” ideología antidemocrática, que asigna al ejército un papel más acorde con los “peligros” del momento. Sus autores fustigan la concepción de un ejército sometido al poder civil; el neo-corporativismo “portaliano” le asigna un lugar esencial en la estructuración de un nuevo Estado.

En octubre de 1969 se produce el alzamiento del general Viaux conocido como “Tacnazo” donde su reclamo parecería ser “sindical”. Viaux se encuentra en el extremo derecho del espectro político, y sobre todo, un sector importante de la oficialidad, sea por sentimiento corporativo, sea por la influencia de la nueva derecha, cuestiona la sumisión constitucional y la tradición de neutralidad militar que se remonta a 1932. Esos procesos subterráneos difíciles de detectar en la faz pública y “sindical” del tacnazo coinciden con el ascenso a los puestos de mando de unidades, de una generación de oficiales formados durante la guerra fría y bajo la reorientación estratégica antisubversiva propiciada por Estados Unidos. Es verdad que a esas alturas los cuadros del ejército no se hallaban unificados en torno a una ideología contrarrevolucionaria oficial, pero la destrucción de mito de la neutralidad profesional corresponde a la mutación política que sufre el país. (Rouquié, 1984; 261)

-El ejército arena y objetivo del enfrentamiento político en Chile bajo la Unidad Popular.

EL fracaso de la vía chilena suele atribuirse al “legalismo timorato” de los líderes reformistas de la UP o a las intervenciones “desestabilizadoras de Estados Unidos y la CIA. Estos análisis que no se contradicen entre sí merecen ser discutidos aunque ambos responden a la lógica mecanicista que de ninguna manera explica los enfrentamientos políticos y sociales de esos tres años. Todos los enfrentamientos se comenzarán a centrar en la captación del ejército. ¿Quién ganará el aparato militar? La respuesta ya fue dada.

Te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *