El guardián entre el centeno – J. D. Salinguer

La obra y su tiempo

Una de las obras controvertidas de su tiempo, quizá ahora perdida un poco entre el cúmulo de imágenes y lenguajes que dejan pequeño a nuestro libro protagonista: “El guardián entre el centeno” de J.D Salinger

Cuando la obra vio la luz provocó un conjunto de polémicas debido, principalmente a la forma cruda en que retrataba ciertas circunstancias y situaciones de un adolescente rebelde y ansioso. Aunque alejado un poco de la forma y del estilo me hace acordar mucho a otro libro de ‘memorias’, que ya llegará a este blog: Reminiscences of a Stock Operator.

Pero, hablemos de Holden Caulfield y su historia.

La vida cuesta abajo

Cuando toda la información de nuestro siglo XXI nos invita a ver la adolescencia como la cuesta arriba de los chicos. Leer ‘El guardián entre el centeno’ nos transporta a otra latitud geográfica que aún hoy existe en nuestro mundo: la decadencia de la vida que se mueve cuesta abajo.

Holden, que viene de una familia medianamente acomodada pasa de escuela en escuela fruto de su inconducta y sus problemas en general. Con la notable excepción de una asignatura: la de lengua inglesa y literatura. Fuera de ese notable aspecto nuestro protagonista tiene todos los vicios de la rebeldía que terminan mal: alcohol, cigarrillo, noche y todo lo condenado por la sociedad. Sin embargo, y a pesar de la cronología, durante todo el libro sentimos simpatía por él. Quizá porque también, como todos, está hambriento de cariño.

Y es que durante todo el libro percibimos, incluso Holden lo declara, que él transita por la necesidad de estar acompañado sin importar con quién porque está deprimido, ansioso y hundido en sus propias miserias. Por eso podemos leer bastante seguido: “Estoy deprimido”, “da gusto que lo escuchen a uno” o “No tengo a donde ir”.

En cada uno de sus problemas y avatares vemos que su ansiedad lo traiciona. En este recorrido laberíntico de las excusas de un adolescente en crisis boyando sólo por el salvaje mundo la crisis se ve con renovado, y profundo, vigor.

Y tal vez, por eso, tal vez como ahora, tal vez como los entusiastas de películas como “El club de la pelea” (Aunque la película esté orientada a personas de 30 años y no a adolescentes) puedan recordar y sentirse identificados con el espíritu de libertad y de rebeldía general del protagonista, tal vez puedan encontrar una redención en la lucha de Holden que ama y cuida a su hermana mientras declara “No nacimos para pagar las cuentas”.

Pero, tal vez, algunos otros recuerden al leer el libro que lo que suceda con nuestra vida será el suceso de nuestras acciones anhelos y búsquedas porque el guardián del centeno nos pone en esa disyuntiva. El personaje no es siniestro, pero se comporta incorrectamente, pero al leerlo no podemos desprendernos de su simpatía.

Pero cuidado, que también fue un libro maldito citado entre otros por Mark David Chapman

Un relato humano

Quizá este relato humano, nos calme un poco y nos deje, en este mundo tan hiperconectado en la soledad de los cubículos recordar y la humanidad de una persona joven, que transita salvajemente un mundo para el que él, a los golpes, se fue preparando.

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