Citas sobre el libro de Jean Paul Sartre. Pueden encontrar más información en la web. Por el lado de reseñas y/o críticas se pueden dirigir a:
- “Las palabras” de Jean Paul Sartre: un niño condenado… a ser libre (en Atlas Cultural)
- «Las Palabras» (en Lecturalia)
- «Las palabras» (1964) de Jean-Paul Sartre (en Disonancias)
Hay una versión online del libro en este link de WordPress Río Revuelto Rosario
“Durante Toda su vida mantuvo el gusto por lo sublime y puso todo su empeño en fabricar grandes circunstancias con pequeños hechos” Página. 7
“Lo devoraron el orgullo negativo y el egoísmo de rechazo. No veía a nadie porque tenía demasiado orgullo como para pelear por el primer lugar, demasiada vanidad para contentarse con el segundo lugar” Pág. 2
“Esta mujer cínica y que entraba en la vejez, no tenía más que una ilusión: se creía indispensable” Página 12.
“Morir no basta: hay que morir a tiempo”
“Soy hombre y nada cuanto es humano me es extraño”
“Ese luterano no dejaba de pensar muy bíblicamente, que el eterno había bendecido su casa. A veces. En la mesa, se recogía para recorrer muy libremente su vida y concluir: ‘hijos míos, que bueno es no tener nada que reprocharse’. Sus arrebatos, su majestad, su orgullo y su gusto por lo sublime, cubría una timidez de espíritu que debía a la religión, a su siglo y a la universidad,, su medio” Pág. 42
“De ese humanismo de prelado, de deshice el día en que me di cuenta que todo hombre es todo el hombre” Pág. 48
“Vivía por encima de mi edad como se vive por encima de sus medios: con esfuerzo, con fatiga, trabajosamente” Pág. 48
“Mi verdad, mi carácter y mi nombre estaban en manos de los adultos; yo había aprendido a verme con sus ojos; yo era un niño, ese monstruo que ellos fabrican con sus pesares” Pág. 58
“La danza vive de la eternidad del instante” Pág. 64
“Yo era casi nada, a lo más, una actividad sin contenido” Pág. 104
“Yo me resigné a no ser ni rayo ni tempestad, a brillar en la literatura por mis cualidades domésticas, por mi amabilidad y por mi aplicación” Pág. 108
“Si yo fuera un genio, ¿dónde estaría la angustia, la prueba, la tentación frustrada o el mérito?” Pág. 126
“Hoy les doy la razón: habían aceptado todo de nuestra condición, incluso la inquietud; había elegido tranquilizarme, y la verdad es que en el fondo me creía inmortal: me había matado por adelantado, porque sólo los difuntos gozan de inmortalidad” Pág. 135
“Nunca levantaba el dedo, pero cuando le preguntaba, por su boca hablaba la Verdad, sin ninguna duda ni exceso, justo como la verdad debe hablar. Sorprendía mucho nuestra banda de niños prodigios porque era el mejor sin ser prodigioso”
“Siempre he preferido acusarme que acusar al universo; y no por sencillez, sino para no depender más que de mí. Esta arrogancia no exhibía la humildad. Aceptaba ser falible sin resistirme porque mis desfallecimientos eran forzosamente el camino más corto al bien” 160
“Durante mucho tiempo tomé la pluma como una espada; ahora conozco nuestra impotencia. No importa, hago, haré libros; hacen falta; aun así sirven. La cultura no salva nada ni nadie: no justifica. Pero es un producto del hombre: el hombre se proyecta en ella, ser reconoce; sólo le ofrece su imagen este espejo crítico” Pág. 173