Palabras fútiles si no son meditadas
Congregan conjuros de malas ideas
Se ciñen sugerentes con anhelo celestial
Contagiando opresivamente toda vida de manera singular
¿Qué busca para el aconsejado señor consejero?
¿Convertirse en el verbo de su propia conciencia?
Si no conoce el alma que aconseja,
¿La caricia de la dicha no se convierte en el golpe del púlpito?
Aconsejador de nuestras vidas;
No tiña de obediencia mi bitácora
No coloque su consejo en mis vientos de libertad
Sólo veo en su consejos signos de quién los da.