Tu bastón, mi cuaderno y vos.
Mi existencia,
Tu fin, que es mi carencia;
Nuestros desayunos genoveses en tierras juninenses
Nuestras anécdotas mundanas, en esas tierras provincianas.
Y un alma, la mía, que te recuerda,
A vos,
Tu bastón, mi cuaderno y vos;
Mis anhelos suspirando aún los momentos
Esa música especial que me llena de recuerdos.
Y las flores infinitas que apoyo en esa tierra
Que te alberga en forma eterna.
Frente a ella me inmiscuyo en cada memoria.
Y veo la inmóvil tumba.
Y de nuevo, como siempre:
Tu bastón, mi cuaderno, tu tumba;
Y aún vos.