Muchedumbre de anhelos.
Sin fin de esperanzas,
que en una alma se abraza,
con enorme templanza.
Aún los sueños no germinan,
el tiempo no ha acordado.
Y el mundo resiste, a ser por fin cambiado.
Aún se autoproclama, entendida realidad
A nosotros nos desmiente,
con el adjetivo de idealistas,
comparando con bellas nubes
nuestras firmes convicciones
y nuestro tiempo acobardado
no ostente su poderío.
Remanso aguarda su momento,
espera los sucesos,
que en nuestras mentes ya son
No somos generaciones,
que quieren ser acotación de otra voluntad.
No somos invencibles, ya hemos de fallar.
Por es sonreímos, incluso a nuestro pesar.
Terco el afán de cambiar vidas.
Incluso de cambiar la vida.
Que aún sostenemos rebosante de energías.
Es la idea aún no perimida,
que queremos transmitir
a pesar de un sólo cuarto de siglo,
en esta humanidad.