No entendimos la poesía

No entiende la poesía

La sintió en carne viva

¿Fue en vano el suplicio?

Nunca quiso reseñar

Ni infiernos, ni alaridos.

No recordó la metáfora

La sintió en carne viva.

Cunando su agonía absurda

Hizo que la vida se nos escurra

No porfié en los sonetos.

Las lágrimas brotan, son simples objetos.

Talismanes peregrinos, 

Descienden indecisos.

Redentora es la caída, 

Tampoco entienden la poesía.

No supe tejerte naderías,

Ni rocambolescas simetrías

No aceptaste el sacrificio de mi alma

La engendraste para que sea mía.

No entendí la métrica fatídica.

Entendí que, si escribo, tal vez,

Tu alma y la mía,

Aún consigan cercanía.

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