Fiebre de escribir naturalidades,
volviendo excepcional hasta una simple corriente,
creando idilios en el sin fin de sentimientos,
descubriendo lo religioso de cada momento.
¿Es ese el poder de las letras,
que se agolpan constantes en mi mente?
¿Pasar a palabras el mundo?
¿Hacer vivir un hecho corriente?
¿Incitamos a la memoria para que piense
que la glorio surge de las letras
que se vierten?
Las cuestiones cotidianas,
los problemas de la tierra,
los firmes atardeceres
y los cielos intempestivos.
Se presentan más vivos
cuando la palabra lo inaugura.
Transformando en aurora cualquier sol saliente.