Lupanar

¿Dónde te evocas en el lupanar de las emociones?

Aparecemos y desaparecemos,

como vendavales furiosos.

También como cuidadosos rosales.

Vivimos los sueños, algunos sin dueño,

imaginamos posibilidades, no convertidas en realidades.

Tuviste miedo del futuro, pero seguiste tu rumbo.

Experimentaste el miedo y la angustia, cambiaste con el tiempo.

Empezó la apología, de tu historia, también de la mía.

La mirada no era sentido, también profesaba un signo.

Tus facciones eran claras.

Me había convertido en un alma enamorada.

En medio de todo ese movimiento.

Nos convertimos en fragmentos del tiempo.

Dentro de mí surge el sentimiento.

Recuerdo mi reflejo en esos grandes espejos.

No se desvanece, asombrado.

El recuerdo del amor congregado.

Muchas veces veo el tuyo. Prefigura mi destino.

Y a veces tersa palabra, también para la persona amada.

Ella ríe por todo, llora por nada.

Veo que cambia, la veo asombrada.

Aparece feliz, aparece enojada.

Quiero tersar palabra en un recuerdo,

pero no quiero que sea sólo instrumento.

Mi memoria ha erigido otro monumento

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