Salir a Bailar

Serenos tras bambalinas en el gran teatro nacional, corriendo entre la gente o acaso con los amigos en un pequeño teatro de barrio, con sonrisas, angustias: con emociones al fin.

Preocupados, experimentados o tal vez, simples aficionados. No importa que sean, están por salir a bailar.

Van a salir a bailar. Bailarán con la emoción contenida como si fuera la primera vez que lo hicieron. Bailarán exultantes, porque es un momento del cielo. Bailarán, con ambición, con entrega con la búsqueda de la fama. Bailarán con la intención de encontrar una porción de emoción y entregarla a los espectadores atentos. 

Saldrán a bailar mirando las butacas para encontrar la mirada amiga, saldrán a bailar tratando de esquivar, pero notando, la mirada detractora e inquina. Bailarán aunque sientan la aversión de los ojos que se posan en la espalda. Bailarán a pesar de que esa mirada no esté más entre sus queridos espectadores.

Salían a bailar cuándo ella estaba viva, saldrán a bailar a pesar de que ella murió. Quizá bailar les da la excusa para mirar al cielo con emoción y considerar que aún ahí, tal vez llegue la brisa del movimiento.

Saldrán a bailar aunque el día sea húmedo, aunque el calor los sofoque, aunque la inquietud los embargue. Bailarán a pesar de un dolor muscular. Saldrán a bailar aunque esa sea sólo una forma del capricho.

Saldrán a bailar con el amor de su vida, con el corazón roto. Saldrán a bailar aunque les pesen los recuerdos. Saldrán a bailar con las crisis y los problemas. Saldrán a bailar a pesar que el dinero no esté en sus carteras.

Hay que bailar con los vestidos, con los pies, con las manos, con los ojos y con el pelo. Hay que bailar también. A veces hasta se tienen pensamientos. Hay que bailar como si el tiempo fuera eterno.

Salen a bailar para que el fugaz momento no se vaya. Salen a bailar sabiendo que puede ser el último movimiento. Salen a bailar aunque tengan que volver a hacerlo.

Salen a bailar a veces con cansancio, a pesar del cansancio o contra el cansancio. Salen a bailar para que los abandone el cansancio.

Salen a bailar con amor, con odio, con esfuerzo, con el tiempo sobre los hombros. Salen a bailar con oficio y con talento. Más con oficio que con talento. Más con talento que con oficio.

Salen a bailar con sus dudas, sus temores sus aciertos y sus rencores.

Salen a bailar, salen a vivir. Bailar, vivir. Ya no sé de qué estaba hablando. 

Son lo mismo.

Te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *